Wine Night [One-Shot.]

Escritor : Unknown | Hora : 13:11 | Categorías :
Autor del one-shot: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal 
Nombre del One-shot: Wine Night. 
Tema: Hetero, Magi: The Labyrinth of Magic X Durarara!! [Pisti X Izaya], Drama, Romántico.



El pecho desbocado en una mueca inexistente, mientras, desorbitados, sus ojos buscaban cualquier salida posible alrededor del punto en el que se encontraba.
Entretanto, sus manos dudosas sujetaban un puñal entre los dedos.

Es tu única alternativa.
Había dicho él, con aquel semblante sonriente que siempre mostraba. Mientras le había ido hablando, la ilusión de ella se desinflaba cual globo que se encontrase con un cactus en medio del desierto.

En medio de aquel caos desolador que cimentaba su corazón, no supo recordar en qué momento las cosas habían empezado a torcerse.
Al principio, él se había mostrado amable, atento, simpático, ardiente, explosivo. Puede que sus juegos rozaran el límite de la cordura y de lo lógico dentro de alguien que ama, mas nunca traspasaron la línea que fustigaba inseguridad en ella. Siempre se sintió cálida contra su pecho al amanecer, o protegida entre sus recios brazos cuando el anochecer los encontraba a ambos, desnudos e inquietos, temblando tras el sexo más vívido.

Sin embargo, las fauces del amor se habían ceñido sobre ambos, desapareciendo en un mar de incómodas burlas, infinitos desprecios y golpes con aquella lengua viperina de la que él hacía gala cuando la presencia de alguien le resultaba demasiado antipática. Y, lo de que un día a ella le pareció encantador, en aquellos momentos no lograba sino destrozarle el corazón en pequeños trozos que fueron astillando lo que una vez hubo entre ambos.

Y, en aquel pequeño recoveco de la alacena, las lágrimas amargas que pendían por su rostro eran el reclamo para que todo lo que una vez tuvo, volviera.
Pero eso no iba a suceder.

— Sigamos jugando, Pisti. —Dijo la voz de él, suave, susurrante, provocadora. Sus pasos recorrían el pasillo en el que se encontraba la alacena. — ¿No nos estábamos divirtiendo?

Ella sujetó el tabardo contra su pecho, aquel que él solía llevar, y cubrió la desnudez de su cuerpo, todavía aprisionando el cuchillo.

— Uno y dos, ¿dónde estará la niña? —Exclamó él, canturreando mientras andaba hacia la puerta frente a la alacena. La joven rubia escuchó como se abría, haciéndose al mismo tiempo una pequeña bola con el abrigo encima— Uno, dos, tres… si no está por aquí… ¿dónde puede ser…?

Silencio.
Y aquello le provocó el más intenso miedo que hubiera sentido en sus escasos años de vida.
Observó el cuchillo, con una mueca.
Es tu única alternativa.
Había dicho él.

Mientras él tomaba el pomo de la puerta de la alacena y tiraba de él, ella apoyó el cuchillo en su propia garganta…


En medio de la confusión nocturna, ella agarró las manos con un deje de histericia y un chillido intenso que, incluso, arrancó un violento susto en los vecinos de las casas colindantes.
A su lado, Izaya, desnudo, se irguió sobre la cama y cubrió el cuerpo de ella con los brazos.

— ¿Qué pasa, Pisti?

Ella se volvió hacia él.
Su rostro era el mismo. Aquella sonrisa benévola que mostraba únicamente en la intimidad del dormitorio y que expresaba la preocupación que sentía por ella era la misma de todos los días. Sentía la calidez del interior de su cuerpo a través de los definidos músculos que conformaban su cuerpo y, aunque aún sentía el miedo acariciar su piel, se relajó mientras él depositaba mudos besos en torno a su cabellera rubia.

— ¿Una pesadilla? —La joven Pisti asintió. Él entendió, sin explicaciones— Sólo fue un sueño. No tiene importancia.

Siguió sin responder, mas la expresión ligeramente traumática de ella le puso en alerta y advirtió que no dijera más.

Durante los minutos siguientes, él sólo acarició el cabello de ella, una vez, y otra vez, y otra vez. De vez en cuando, besaba su mejilla, o sus labios, o su cuello, provocando estremecimientos en la piel temerosa de la pequeña quien, ni siquiera, podía pensar en la posibilidad de que aquello hubiera sido solamente un mal sueño, y nada más.

‘‘Había sido tan real…’’, se repetía mentalmente. Ni siquiera se dio cuenta de que las manos se habían apretado en torno a las sábanas y que sus nudillos, blancos, advirtieron al joven Izaya.


— ¿Quieres que bajemos y tomemos un té o algo?— Dijo él, dubitativo ante cómo reaccionar.

Pero ella desvió la mirada hacia él de nuevo y, con una enorme sonrisa, se abalanzó sobre su cuerpo fibroso, apartando las sábanas, fundiendo los labios en la calidez íntima de la pasión que unía a una pareja.

Él, sorprendido, aprehendió los labios de la pequeña con la pasión tantas veces mostrada bajo el sudor de su cuerpo.

— Hazme… —Intercaló ella, nerviosa y tensa, subiendo a horcajadas sobre la cintura delgada del muchacho quien, visiblemente emocionado, mordió su labio y alzó la barbilla.—… olvidar esa pesadilla.
— ¿Cómo?

Como respuesta, la joven no hizo sino inclinarse y dejar al descubierto la desnudez que la envolvía. Él, malicioso, asintió.

— Es tu única alternativa.
Un instante más tarde, se abandonaron al placer y al erotismo del sexo más tórrido que ambos pudieran experimentar.

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2 Opiniones~

Tulis Opiniones~
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21 de enero de 2016, 21:51

Uuufff, consigues enganchar con tus relatos, por aquí me quedo de seguidora, merece mucho la pena el leerte. Te felicito por tu talento :)

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Unknown
Admin
30 de enero de 2016, 1:35

Te lo agradezco mucho.
Siempre motiva leer comentarios animando a los autores >< ¡Muchísimas gracias!
Publicamos cosas un tanto... extrañas... ¡así que esperamos que disfrutes con las lecturas!

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