Autor del one-shot: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal
Nombre del Fic: Mon Chérie.
Tema: Yaoi, BigBang [G-Dragon], Humor, Romántico.
-Capítulo 1.-
Welcome to my sex room.
El trinar de los pájaros atravesaba los ventanales cubiertos de jabón por los que él pasaba la bayeta con alegría, mientras meneaba sus caderas y tarareaba la canción que sonaba a través del equipo.
Where your body meets my body,
Its our private afterparty,
If you want it, girl, I got it in my sex room,
La televisión estaba encendida, sin sonido, solamente por el hecho de detenerse de vez en cuando y clavar los ojos en las caóticas imágenes que pasaban en la pantalla. Seguía sin comprender por qué transmitían a un grupo de personas exageradamente barriobajeras conviviendo en una casa extraordinariamente compleja, llena de habitaciones, lujos y animales de granja según el día.
Sin embargo, pensaba él, mientras sacudía el polvo de sus figuras de Saint Seiya colocadas alrededor de la televisión, reconozco que ver cómo se pelean otras personas es divertido.
Candles and a pole
Sets your body to your soul
From the bed down to the floor,
Pasó el paño por encima de la televisión, y luego escuchó a alguien deslizarse por encima del pasillo hacia el salón, tarareando la melodía de aquella canción. Se giró, topándose con dos nalgas relucientes que se movían provocadora y cómicamente por encima del borde superior del sofá azabache de cuero.
No hizo nada más que alargar una sonrisa divertida mientras cruzaba los brazos y veía como una pierna emergía tras el sofá, pasaba por encima del respaldo y se clavaba en los cojines, enseñando unas piernas perfectamente depiladas tras dos gruesos calcetines de lana, con la feliz cara de Papá Noel impresa en ellos.
— ¿Qué se supone que haces? —Preguntó, girándose y retirando el polvo alrededor del televisor.
— Donne moi ton cœur baby, ton corps, baby, Donne moi ton bon vieux funk, ton rock, baby, ta soul, baby, yeah — Se dejó caer por encima del sofá, hasta descender por el otro lado, acuclillándose en el suelo y acercándose al joven limpiador, con el miembro exultantemente erguido y dispuesto, mientras continuaba cantando con una voz sensual, anhelante— Chante avec moi, je veux un homme like you, Pour m'emmener au bout du monde… —Un dedo tras otro, fue recorriendo el tobillo, el gemelo, el muslo del otro muchacho…
— No tengo ni idea de lo que me has dicho, pero ha sonado tan sensual que me has convencido, Dorian.
— ¿Convencido? —Preguntó, abandonando el francés por el único idioma que ambos compartían— ¿Convencido de qué, mi joven Ji Yong, rubio de mis amores, excentricidad bella de la vida?
Sacó un brazo tras la espalda y, en ese instante, el aromatizador perfume de una pieza de bollería golpeó a Ji Yong en la nariz, arrebatándole un curioso gemido de alivio ante aquella tesitura.
— ¿Un croissant, mon amour? —Ofreció Dorian, mordisqueando la base del dulce y acercándola a los labios del otro, quien lo mordió con delicadeza, tragando después con avidez. — Oh… —Aún en otra lengua, mantenía su erótico y envolvente acento francés— Lo has engullido como engullías mi vigoroso miembro durante nuestra velada nocturna.
— Bueno… Hay tiempo para todo, ¿no crees?
Rozó los labios de Dorian con un rápido gesto, y luego le separó suavemente, posando un dedo en su musculoso pecho de alabastro.
— Ahora, ve a vestirte. Podríamos haber tenido algo esta mañana… Pero en cuanto termine de limpiar, algo clama por nosotros.
— ¿Qué? —Inquirió, dejándose empujar mientras se llevaba todo el croissant entero a la boca— ¿Qué nos molesta, chérie?
— ¡Te lo diré de camino! —Le dio la vuelta, riendo al ver su nalgas tersas— ¡Y ponte ropa interior!
El trinar de los pájaros atravesaba los ventanales cubiertos de jabón por los que él pasaba la bayeta con alegría, mientras meneaba sus caderas y tarareaba la canción que sonaba a través del equipo.
Where your body meets my body,
Its our private afterparty,
If you want it, girl, I got it in my sex room,
La televisión estaba encendida, sin sonido, solamente por el hecho de detenerse de vez en cuando y clavar los ojos en las caóticas imágenes que pasaban en la pantalla. Seguía sin comprender por qué transmitían a un grupo de personas exageradamente barriobajeras conviviendo en una casa extraordinariamente compleja, llena de habitaciones, lujos y animales de granja según el día.
Sin embargo, pensaba él, mientras sacudía el polvo de sus figuras de Saint Seiya colocadas alrededor de la televisión, reconozco que ver cómo se pelean otras personas es divertido.
Candles and a pole
Sets your body to your soul
From the bed down to the floor,
Pasó el paño por encima de la televisión, y luego escuchó a alguien deslizarse por encima del pasillo hacia el salón, tarareando la melodía de aquella canción. Se giró, topándose con dos nalgas relucientes que se movían provocadora y cómicamente por encima del borde superior del sofá azabache de cuero.
No hizo nada más que alargar una sonrisa divertida mientras cruzaba los brazos y veía como una pierna emergía tras el sofá, pasaba por encima del respaldo y se clavaba en los cojines, enseñando unas piernas perfectamente depiladas tras dos gruesos calcetines de lana, con la feliz cara de Papá Noel impresa en ellos.
— ¿Qué se supone que haces? —Preguntó, girándose y retirando el polvo alrededor del televisor.
— Donne moi ton cœur baby, ton corps, baby, Donne moi ton bon vieux funk, ton rock, baby, ta soul, baby, yeah — Se dejó caer por encima del sofá, hasta descender por el otro lado, acuclillándose en el suelo y acercándose al joven limpiador, con el miembro exultantemente erguido y dispuesto, mientras continuaba cantando con una voz sensual, anhelante— Chante avec moi, je veux un homme like you, Pour m'emmener au bout du monde… —Un dedo tras otro, fue recorriendo el tobillo, el gemelo, el muslo del otro muchacho…
— No tengo ni idea de lo que me has dicho, pero ha sonado tan sensual que me has convencido, Dorian.
— ¿Convencido? —Preguntó, abandonando el francés por el único idioma que ambos compartían— ¿Convencido de qué, mi joven Ji Yong, rubio de mis amores, excentricidad bella de la vida?
Sacó un brazo tras la espalda y, en ese instante, el aromatizador perfume de una pieza de bollería golpeó a Ji Yong en la nariz, arrebatándole un curioso gemido de alivio ante aquella tesitura.
— ¿Un croissant, mon amour? —Ofreció Dorian, mordisqueando la base del dulce y acercándola a los labios del otro, quien lo mordió con delicadeza, tragando después con avidez. — Oh… —Aún en otra lengua, mantenía su erótico y envolvente acento francés— Lo has engullido como engullías mi vigoroso miembro durante nuestra velada nocturna.
— Bueno… Hay tiempo para todo, ¿no crees?
Rozó los labios de Dorian con un rápido gesto, y luego le separó suavemente, posando un dedo en su musculoso pecho de alabastro.
— Ahora, ve a vestirte. Podríamos haber tenido algo esta mañana… Pero en cuanto termine de limpiar, algo clama por nosotros.
— ¿Qué? —Inquirió, dejándose empujar mientras se llevaba todo el croissant entero a la boca— ¿Qué nos molesta, chérie?
— ¡Te lo diré de camino! —Le dio la vuelta, riendo al ver su nalgas tersas— ¡Y ponte ropa interior!