Él. [One-shot]

Escritor : Unknown | Hora : 1:58 | Categorías :
Autor del one-shot: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal
Nombre del One-shot: Él.
Tema: Recuentos de la Vida.



Ella no era nada.
Más bien, no se sentía nada. No sentía nada.
Entre sus irrisorios días, que transcurrían sin pena ni gloria, no sentía que absolutamente ningún suceso especial pasara en su vida.
El ayer no queda más que como un recuerdo demasiado reciente; El hoy es una copia de lo que fue el ayer; El hoy es un vaticinio de lo que será el mañana.
Ella, con su cabello brillante y mimado, ni siquiera pretendía tener algún tipo de talento, más que aquel que todo el mundo compartía. Vestía con ropa que consideraba única, escuchaba música que consideraba personal, y veía series de televisión por mera apatía. En ocasiones, acostumbraba leer. Unas veces, libros, grandes o pequeños; otras veces, mangas, pero aquello no importaba.
Solamente, sentía que quería evadirse de su monótona realidad en mundos alternos e increíblemente mágicos, incluso aunque en ellos no pasara absolutamente nada.

Sin embargo, y luchando contra esa apatía que se había adueñado de su vida, un pequeño rayo de sol penetró con la fuerza de diez ciclones arrasando una ciudad, aunque aquel sol no la apuntase a ella.
Era un sol sin carisma, sin brillo, sin aquel fulgor que hubiera hecho que todos apartasen la mirada sorprendidos ante su poderosa existencia. Pero ella se sintió sobrecogida por su enormidad. Y, aunque su vida fuese una absoluta y auténtica nulidad en casi todos los ámbitos… Él llegó para hacerla feliz.

Hablaban prácticamente todos los días. Incluso tenían aquellas pullas tontas de pareja que, al caer la noche y al mirar cada uno el móvil desde la cama, susurraban:
Qué tonto es.

Ella estaba feliz por una vez.
Él no hablaba en exceso, despistaba sus horas muertas, abrumaba su risa con tonterías e idas y venidas. Sin saber cómo ni por qué, ella se estaba haciendo a él y, poco a poco, deseó que él también se amoldase a ella.
Poseía conocimientos que a ella le sorprendían, compartieron gustos… Por una vez, durante mucho tiempo, sintió que la felicidad estaba al final del camino… en donde él relucía como un ángel salvador.
¿Qué era? ¿Su seriedad, su forma de hablar poco diciendo mucho, su manera de ser, tan poderosamente mística?

Ni siquiera lo sabía.
Pero era especial. Se sentía especial.
Incluso le afectaba que su presencia no se diera junto a ella más rápidamente.
Cerca de otros amigos, sólo podía pensar en que, en su teléfono móvil, él continuaba hablándole con su habitual e inexpresiva verborrea que, en su fuero interno, consideraba especial.

Él le decía que alguna vez se daría aquel mágico encuentro entre los dos…
Por el momento, a ella sólo le quedaba soñar… y simular, ante él y ante el mundo, que no sentía nada.
Aunque fuera enormemente feliz y desdichada al mismo tiempo.

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