El Dios Changmin [Cap.2.]

Escritor : Unknown | Hora : 6:11 | Categorías :
Autor del one-shot: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal 
Nombre del One-shot: El Dios Changmin. 
Tema: Yaoi, TVXQ/JYJ [Changmin X Jaejoong], Fantasía, Mitología, Drama, Romántico.



-Capítulo 2.- 

Y, entre las nebulosas que quedaron en la mente de Marte tras aquella respuesta, el resplandor de su armadura y un coro de lamentos, Yunho, o Timor, desapareció en la noche. Nadie reparó en el destello que iluminó la noche, pues los ojos de los mortales no eran tan sensibles ante la presencia de un dios.
Tal vez, por ese motivo, la presencia de Changmin, pasaba inadvertida. Incluso aunque le miraran de frente, no conseguían distinguirle bien.
Mas el retiro de su hijo no le apartó de la confusión ante lo último dicho por aquel.
Apolo te acompañará, había dicho.
No, pensaba, no debería acompañarte. Su belleza me preocupa. Su belleza… me atemoriza, ¿ por qué no decirlo? Me da miedo que, tras llegar a la orilla del río Estigia, la belleza de Apolo sea el resplandor que ilumine el pasaje oscuro en el que se ha convertido la existencia de Jaejoong. El Dios del Sol, nada menos.


Pero el Dios de la Guerra tenía mucho mayor coraje. Y, pese a sus miedos, se encaminó hacia el Averno, en pos del mortal.
Tras una breve oración en torno al cuerpo del héroe, emprendió la marcha, teniendo la sensación de que Apolo no se encontraba demasiado lejos de él.


No transcurrió demasiado tiempo hasta que Changmin hubo alcanzado el límite del Averno, la puerta hacia el inframundo. Almas de difuntos anónimos pasaban junto a él en dirección al portal, sin rostro, sin ánimo. No eran nada más que las sombras grises de lo que un día fueron. Ni siquiera parecían tristes. ¿Apatía? ¿Indiferencia, ante una vida de sufrimiento?
No reconoció a Jaejoong entre aquellas almas. No distinguió su rostro perfecto como la seda más fina, sus ojos intensos, sus labios rojos… Nadie como él cerca, nadie entrando en el portal.

- Eso sólo puede significar una cosa, Changmin. – Murmuró Apolo, a su lado, sonriendo. Las almas lo evitaban en lo posible, mientras andaban ambos hacia el cráter.
- Junsu… Deberías saber cuán equivocado estás. – Dijo Marte, oteando el portal. Una siniestra llanura se extendía más allá de los límites del mundo humano. – Hay demasiadas personas como para que él se haya subido a la barca. Aún estamos a tiempo de encontrarlo.

Y, tras un encogimiento de hombros del atractivo Dios del Sol, Changmin descendió por el portal, dejándose caer suavemente desde las alturas del mundo de los mortales al sobrenatural, en el que las leyes de la carne no funcionaban de la misma manera. Incluso él, un dios, estaba sujeto a ciertas normas.
Caminaron entre la marea de almas que se dirigían hacia la Puerta del Infierno, el vestíbulo de Caronte, en el que un mensaje desalentador terminaba de arrebatar la poca osadía que les restase a alguna de aquellas mortales almas.
Mas no tuvo efecto alguno en Marte, quien atravesó el portal sin leer, sin sentir, con el único objeto de localizar al héroe entre la marea de espíritus inertes. Retrocediendo, Junsu decidió permanecer a una distancia prudencial, buscando desde otra perspectiva el alma de Jaejoong.


Y el tiempo se alargaba. Caronte iba y regresaba de una orilla que los ojos no alcanzaban a ver por encima del agua negra y bajo una densa nube de vapor violáceo que turbaba los pulmones. Un reducido grupo de almas exánimes tomaba asiento en la barca, atravesaban el barco, y jamás regresaban. Alguna onda esporádica, fruto de la caída de una de las ánimas al agua… y nada más.

Allí, cuando sus ojos habían alcanzado el máximo desesperación, fruto de la lenta agonía que sufría por no poder localizar al ser amado, se dejó caer Changmin de rodillas, con la furia apuñalando sus costillas y sus puños. Lágrimas amargas descendían por el contorno de su rostro, lágrimas que no quiso detener.
Una mano amiga se posó sobre su hombro, entonando unas palabras que provocaron una expresión confusa, disoluta, en Marte...

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