Bitter Roar. [Cap.3.] [Final]

Escritor : Unknown | Hora : 15:39 | Categorías :
Autor del one-shot: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal 
Nombre del Fic: Bitter Roar.
Tema: Yaoi, TVXQ/JYJ [Yunho X Jaejoong], Acción, Drama, Romántico.




Capítulo 3.

En el exterior, la visión que Jaejoong contempló luego le encogió el corazón, de un modo tan repentino que no pudo contener las lágrimas que, paulatinamente, descendían por sus mejillas. Con el puño cerrado de frustración inconsciente, el paraje yermo y desolado que se extendía ante sus ojos le pareció la repugnante prueba de una batalla que nunca debiera haber tenido lugar.
Casas, derruidas; edificios, destrozados; coches, aplastados contra el suelo. Comida pudriéndose en el interior de los cubos de basura cercanos, y el cadáver de algunos animales aún aplastados sobre el pavimento de la calzada.
Incluso, a varios pasos, un cochecito de bebé, volcado. Las mantas tiradas a un lado, y una pequeña muesca de sangre brotando de las ruedas.

- ¿Quién… - Temblaban las palabras en su trémula garganta. Sin saber encontrarlas, cerró los ojos. –… ¿cómo pudo esto haber pasado?
- Jaejoong… - La voz de Yunho sonó extraordinariamente comprensiva cuando posó la mano en el hombro del otro joven. – No permitas que te afecte. Todo esto sucedió hace mucho.
- Es… ¡Mira eso, todo eso! – Dijo, señalando el paraje agrario, las inmediaciones derruidas. – ¿Qué clase de seres pueden haber provocado algo así? ¿Cuál es el sentido de todo? ¿Y para qué? ¿Para estar condenados a vivir en el subsuelo durante siglos?

Yunho no respondió. Recuerdos de la guerra atravesaron su mente herida, mas no dijo nada. Al fin y al cabo, todo lo que veían era un memorando suficiente de lo que había pasado. No había excusa, no había consuelo. La crueldad de las criaturas que habían provocado aquello no conocía límites.

- Sigamos, Jaejoong. Es peligroso detenernos tanto. – Aventó Yunho, tomando al otro del brazo e instándole a seguir. Dedicándole una última mirada a todo lo que veía, empezaron a andar.


Nada. Nada más que una profunda tristeza cruzando los ojos del joven de cabello negro. Nada más que una amarga sensación brillando sobre los labios de Jaejoong, atravesando la piel.
¿Por qué?
Aquella pregunta taladraba su mente, más allá de lo posible. Sin respuesta, el desolador paraje no era más que un cincel que daba forma a las tinieblas formadas en su corazón durante los últimos días, tal vez semanas. Antes de aquella huida, antes de que Yunho le liberará y prometiera llevarlo más allá de aquellas bestias artificiales, ya llevaba implantada la semilla de la duda en su pecho. Si bien no eran más que simples vacilaciones que todos tenía en un momento u otro, en aquel momento a él se le hicieron una calle demasiado inclinada en su dirección, una subida que, poco a poco, se convertía en una pared insalvable.
Estaba solo. Mortalmente solo.
Él, una criatura desamparada, dirigiéndose a quienes lo verían como un monstruo, alguien a quien odiar, huyendo de quienes lo consideraban una paria, un deshecho social, un ser inferior… ¿dónde encontraría su lugar?

- Si alguien te hace sentir mal, atravesaré su cabeza con una bala. – Murmuró un escueto Yunho a través de la mascarilla. – Deja de pensar en eso.
- ¿Cómo has…
- Eres un libro abierto. Veo el miedo en tu rostro. Recuerdo el estado en el que estabas cuando te encontré. – Luego, suspiró suavemente. Un vaho suave emanó del filtro de aire de la máscara. – Además… entiendo tu situación, por lo que eres. No puedo decir que sé lo que es eso, pero... entiendo por lo que estás pasando.

Jaejoong no dijo nada, pero tornó la expresión de su rostro. Yunho siguió hablando.

- Soy un exiliado, así que tampoco tengo a nadie. Mi familia murió durante la guerra y los pocos amigos que me quedan están muy lejos como para pensar en buscarlos. – Un ruido cerca de ellos. Yunho alzó el rifle, pero no paró de hablar. – Por eso… y por otros motivos, pienso protegerte. No importa lo que pase. No estás solo.

Y siguió avanzando, alerta, los ojos en vilo, el rostro buscando algo alrededor. Detrás de él, un distraído Jaejoong cambiaba su expresión austera por una más distendida.
¿Yunho, sentimientos?
Siguieron caminando…




- ¿Yunho?
- Dime.
- ¿Qué haremos ahora?

Se encontraban, tras largo tiempo andando, circulando entre avenidas derruidas y construcciones en mal estado, delante de lo que una vez pudieron llamar La Zona Blanca, una inmensa cúpula de mármol construida sobre suelo santo, el único lugar libre de residuos en el aire, que afectaban los pulmones humanos.
Yunho se ajustó la máscara, mientras observaba el ruinoso estado de La Zona Blanca. Las paredes, caídas; el techo, desplomado, y ni rastro de vida. Ni en los alrededores, ni en aquella antigua edificación. Nadie.

- Hemos de seguir buscando. Iremos un poco más lejos cada vez, un poco más allá. Caminaremos por el día y descansaremos durante la noche. Será toda una aventura. Mientras tengamos estas máscaras, y encontremos algo de comida, estaremos bien. Estarás bien.
- ¿Crees que… encontraremos ayuda?
- En algún lugar habrá más como tú, estoy seguro. – Respondió él, sonriendo. – Y si no es así… montaremos nuestro propio refugio. Te defenderé de todo lo posible.
- ¿Quieres saber algo?
- ¿Qué?

Tal vez fueron demasiadas cosas por segundo. Tal vez se trataba de la soledad, del martirio de no encontrar criatura semejante, de lo que podía significar su existencia si todo se mantenía igual o si no encontraban ayuda.
Pero, lo único que quería en aquellos momentos era compartir camino con el otro joven, y ver lo que aquella aventura tenía preparado para ambos.
Al fin y al cabo, lo que tuviera que llegar llegaría, y ya habría tiempo de plantarle cara. ¿Quién saber qué tipo de semilla sembraría un camino tan largo, entre dos sujetos tan diferentes pero, al mismo tiempo, tan similares?

- … Puede que no sobrevivamos.
- Lo sé.
-… A lo mejor no amanecemos vivos mañana.
- Dime algo nuevo.
- Es un placer compartir el viaje contigo, pese a todo. – Yunho le miró, a través de la máscara. Jaejoong sonreía, aspirando son suavidad el aire de los alrededores. – Y, como has dicho, será toda una aventura. Además… no puede ser del todo malo si estás conmigo.

No dijeron nada más.
Cara al sol que se extendía, proyectando largos haces de luz sobre la superficie y delante de ellos, continuaron.
¿Aquel viaje terminaría de crear aquella conexión que había nacido lentamente? ¿O no habría lugar en el mundo para aquello? ¿Encontrarían un lugar donde pudieran estar a salvo y ser felices?
Tal vez, si sólo dispusieran de tiempo… De un poco de tiempo en el que sentarse y descansar…

Por desgracia, lo que pudo pasar en la vida de ambos… sólo lo saben ellos, y el destino.

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