The Weather Girls [Prólogo + Capítulo 1].

Escritor : Unknown | Hora : 18:33 | Categorías :
Autor del one-shot: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal.
Nombre del fic o historia: The Weather Girls
Tema: Durarara!! (Shizuo X Izaya), Acción, Terror, Romántico, Yaoi, +18.


Todos tenemos una historia que debe ser contada,
Y guardamos un secreto del que nadie sabe nada,
Hablamos con la almohada, pero no responde,
La verdad está ahí fuera, pero se esconde.


Prólogo

Golpeó una, dos, tres veces la piedra del mechero mientras hacía hueco con su mano para impedir que se filtrase la llama.
Encendió su cigarro y se lo llevó a los labios, deslizando después el mismo mechero en el interior de su prominente y salvaje escote, recortado sobre una camisa ceñida carmesí.
Las uñas negras destacaban sobre el filtro blanco del mismo cigarrillo, y sobre la piel blanca untada en maquillaje que cubría su cuerpo, además de su rostro. Sin embargo, a juzgar por sus rasgos, aquella mujer parecía ser especialmente hermosa, de tez hirsuta, ojos rasgados y labios prominentes, destacados por una amplia capa de carmín cobrizo.
Los tacones hacían destacar su sorprendente figura mientras paseaba arriba y abajo, a lo largo de la calle, resaltando su figura esbelta al cruzar cerca de una de aquellas farolas, resplandecientes cuál luz celestial en mitad de aquella noche.

Un corvette negro se detuvo a escasos centímetros de aquella mujer. Una mano se alzó desde la ventanilla, e hizo gestos pidiéndole su aproximación. Ella, sin dudar, como con tantos otros extravagantes personajes que no mostraban el rostro a la primera ocasión, se aproximó, haciendo resonar sus tacones a lo largo de toda la calle.
Ella estaba sola.
Nadie escuchó sus gritos de dolor.

1er Capítulo

— Shizuo.
La voz suave y susurrante que tanto anhelaba le provocó un estremecimiento a lo largo de todo el cuerpo, como si una onda voltaica recorriera su espina dorsal.
Ladeándose y acomodándose sobre el cálido lecho, enfocó los ojos en aquel joven de seria expresión y placenteros suspiros.

— Gracias. —La expresión incógnita que mostró Shizuo hizo sonreír al otro joven de manera prominente— Por el día que pasamos ayer. Por la noche que hemos pasado.
— Y el día que nos queda por delante. Hoy es cuatro de mayo —Replicó, apoyándose en la cabecera de madera.
— Un día sin importancia, como otro cualquiera, Shizu-chan. No te esfuerces —Dijo, levantándose y andando, sin ningún tipo de prenda, a lo largo de aquella habitación.

Aproximándose al ventanal que daba acceso visual a toda la ciudad, reparó en que los cristales eran tan transparentes que creería poder caerse por ellos si no los hubiera tocado en más de una ocasión. Sonreía, sin embargo, al inclinarse y contemplarlo todo bajo él, como si fuera el dueño de todo el territorio.
Todo es mío¸ repitió, para si mismo, todo lo controlo yo.

— ¿Por qué no sales fuera y lo miras todo mejor? —Inquirió Shizuo, cruzando ambos brazos alrededor de la cintura del muchacho moreno. Él no respondió, sin embargo, manteniéndose impávido mientras contemplaba la amplia enormidad de todo aquello.

Incluso aunque fuera de noche, ''la ciudad que nunca duerme'' brillaba como si cien mil personas iluminaran el cielo azul con linternas, focos y la luz de los teléfonos móviles. Había vida allá abajo…
Y él se encargaba de mover los hilos.

— Hace frío. Y estoy bien aquí —Respondió, retrocediendo la mano y agarrando la vigorosidad desnuda del individuo de rubio cabello— Tú también, por lo visto.
— Llevo un rato en este estado. Pero eres… algo más dulce cuando duermes, Izaya-kun.

Sonrieron al mismo tiempo.
Tras ellos, sobre la barra americana que separaba dormitorio y salón, comenzó a sonar It's Raining Man, de The Weather Girls, en el teléfono móvil de unos de los dos jóvenes.
Fue Shizuo el que, suspirando, deshizo el abrazo y se aproximó al aparato.

— Hm? —Apenas fue un gruñido lo que utilizó al replicar. La mano apoyada sobre la barra estaba tensa, y el cuerpo en completo rigor— Dime… No, no me es posible ahora.

El muchacho de cabello moreno se giró, alzando una de las cejas. Shizuo levantó un índice hacia él, mientras asentía y gruñía al teléfono.
Un segundo después, colgó.

— Maldita sea. —Dijo, revolviéndose el pelo y sentándose en el borde inferior de la cama—
— Shizu-chan, ¿ha sucedido algo? —Inquirió, con semblante preocupado. Situándose frente al otro joven, él de pie; el otro, sentado, forzó su rostro a mirarle.
— Una de las chicas. Ha sido encontrada muerta. —La expresión de Izaya, el individuo de cabello azabache, fue de apatía intensa. — Y eso no sería tan importante si no tuviera… la marca.

Apretó los nudillos. Shizuo alzó la vista hasta encontrarse con la suya, y le forzó a relajarse.

— Debo ir a investigarlo.
— Voy contigo —Replicó Izaya, recogiendo sus pantalones del suelo y su acostumbrado abrigo—.
— No es necesario.
— Es mi ciudad. Iré. Me darás los detalles de camino —Dijo, lanzándole al otro la ropa que le perteneciera, mientras él rebuscaba entre las sábanas revueltas y las mantas arrojadas por el suelo la escasa ropa interior que llevase la noche anterior— No dejaré que nadie me joda el día.
— Ten el teléfono operativo. No voy a correr por la ciudad buscándote de nuevo.

Vestidos luego, se dirigieron hacia la puerta de salida. Antes de salir por ella, y enfrentarse a lo desconocido de aquella extraña y violenta muerte, intercambiaron una mirada… y un largo beso.

— Izaya —El aludido se giró— Vuelve vivo e ileso… O juro que te mataré.

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