Para siempre. [One-shot.]

Escritor : MaiMyst | Hora : 21:30 | Categorías :
Autora del one-shot: Maite.
Twitter: @Maiseo94
Nombre del one-shot: Para siempre.
Tema: [Romántico, yuri, original.] 



- Hmn.. Shiro, muévete. 

Esas palabras causaron que la chica se removiera hasta poder rodear el cuerpo ajeno, pudiendo así empezar a acariciar todo lo largo de la espalda. Se le hacía infinita y aquello hacía que siempre sonriera cuando la tocaba. 

- Déjame dormir un poco más.. por favor. 

Suplicó mientras poco a poco se despegaba y alzaba el rostro hasta poder apreciar una sonrisa que hacía que se sonrojara cada vez que la veía. Volvió a ocultar su rostro en el pequeño hueco que había en su cuello. 

- ¿Por qué siempre me sonríes así? Algún día te besaré tanto que voy a borrarte los labios. 


Después de oír una corta risa sintió como dos manos se posaban en sus mejillas y como hacían que poco a poco se alzara hasta poder sentir como unos labios rozaban los propios y que esta correspondiera al beso con los ojos cerrados. 

- Lo siento cariño, no puedo evitar sonreír cuando te veo. 

Tan solo volvió a besar aquellos labios para después susurrar.

- Mi preciosa Rosi, te quiero. 

Es lo único que le dijo justo antes de apretarla contra su cuerpo. Aquella mujer le daba todo lo que necesitaba y más. Le parecía tan hermosa con aquél pelo semi-corto, aquella sonrisa que parecía infinita y aquél cuerpo que estaba hecho por los mismísimos dioses.
Se separó lentamente de ella y se sentó en la cama para después empezar a moverse hasta el borde de esta. Levantándose y estirándose, aunque en menos de diez segundos ya tenía a la chica en su espalda, gritándole en la oreja.

- ¡Hoy es el gran día! ¡Es hoy! ¡Vamos a prepararnos! 

Se revolvió pero la otra mantenía sus brazos en su cuello y estaba empezando a besuquear su mejilla hasta el punto de llenarla de babas.

- ¡Me estás llenando de babas, Ro! ¡Bájate o llegaremos tarde! 

En cuanto tuvo su cuerpo liberado suspiró y se giró para así abultar levemente sus labios, exigiendo un beso antes de poder ir a prepararse. En cuanto ese beso fue recibido se encaminó hasta el baño. Pasó mirando las paredes decoradas por fotos y momentos de ambas. Momentos que siempre recordaba al verla, pero aquél día pasaría algo mejor. 
Después de estar acicalándose en el baño y de saber que la contraria se había vestido y se había ido a casa de una de sus amigas, salió del baño y se miró al espejo. 

- Espero que todo salga bien.. ¿Estaré bien? 

Se preguntaba aquello todos los días, pero después de unos suaves golpecitos en sus mejillas sonrió, dejando que aquél maquillaje que hacía relucir su rostro se iluminara. Miró el reloj y con un asentimiento firme se dirigió hasta la habitación y abrió su armario. Buscó una caja que aún mantenía cerrada con un lazo y la abrió. 
Aquello que iba en su interior le iba como un guante. Lo sacó y lo miró detenidamente hasta que se lo empezó a poner. Parecía más fácil cuando lo había visto en ciertos videos, pero aquello estaba dejándola casi sin aire. ''Solo un poco más, venga ciérrate.. '' Pensaba ella mientras se acomodaba aquello hasta que estuvo por fin dentro de él. 

- Dios mío. Esto es horrible, si no puedo respirar. 

Observaba aquél vestido y veía como se movía ante cada respiración. ''Menos mal que es corto.'' Caminó hasta poder tomar unos tacones ciertamente altos pero brillantes que conjuntaban con su vestimenta, se sentó y se los puso para después levantarse y dar varios pasos, viendo que podía estar así sin parecer un pato mareado. Volvió a mirar el reloj. Era la hora, ya la estarían esperando en la entrada, así que sonriente tomó una cajita y un ramo de lirios blancos, los llevó con ella hasta la puerta de su hogar, salió y cerró. Bajó las escaleras con cuidado de no tropezarse y cuando vio aquél coche rosa suspiró.

- Mai, te dije que no vinieras con ese coche.
- ¡No seas una amargada y sube! Dani ya fue a recoger a Rosi y debemos llegar antes que ellos.

Notó como el coche empezaba a moverse, aquél leve temblor le tranquilizaba, algo extraño pero lo hacía. En todo el trayecto estuvo hablando con la rubia de cosas sobre el acontecimiento y de ambas hasta que pudo percibir en una de sus muñecas que tenía tatuado ciertas siglas y en estas se podían leer ''SDT''.

- ¿Crees que habrán ido todos? 
- Pues claro, todos fueron avisados y parecían la mar de contentos cuando les dije todo. 

Temía que no estuvieran todos aquellos a quien consideraba importantes, pero las palabras de la contraria la relajaban. Es más, no notó cuando el coche se detuvo. Tan solo pudo deducirlo cuando vio a la rubia bajando y abriendo su puerta para tomarla de su mano. 

- Tranquila, esposita. Todo saldrá bien, ¿de acuerdo? Mis esposas van a tener el mejor día de su vida y encima la mejor tarta del mundo.
- Claro, porque la has hecho tú. ¿No?
- Como me conoces. 

Después de aquello ambas se envolvieron en un abrazo que duró apenas unos segundos ya que la rubia volvió a tomarla de su mano para así llevarla hasta el lugar indicado. Aquél edificio iba a ser el principio de todo. Entró junto a ella temblando y notando como su garganta se secaba. Pero en cuanto estuvieron en las puertas que no tardaron en abrirse gracias hacia la compañera que la llevaba sonrió y la vio. 
Estaba hermosa, en un vestido del mismo color que el suyo, parecía brillar aún más de lo que solía hacerlo cada día. Deseaba llorar al verla tan hermosa, pero cogió aire y caminó lentamente por aquél pasillo, a los lados podía apreciar a todos aquellos con los que había hablado durante largo tiempo. Cada uno le dedicaba una amplia sonrisa y le animaban a seguir con todo. En cuanto estuvo al lado de su pareja susurró. 

- Estás.. Preciosa. 
- Lo mismo digo de ti, cariño. 

Después de unas sonrisas fugaces dejaron su atención en el que iba a efectuar el acto de su casamiento, algo esperado desde hacía demasiado. Dejó que hablara hasta que las palabras más importantes fueron dichas, cada una respondió con un firme sí, no sin antes depositar en el dedo indicado un anillo en el que se podía apreciar un pequeño brillante en medio, uno que formaba un infinito. 

- Entonces.. Os declaro mujer y mujer. 

Pudo oír risas de los que las acontecían y la contraria les sacó la lengua a estos. Pero la tomó por las mejillas para así poder besarla y murmurarle con una alegría que parecía crecer por segundos. 

- Para siempre, ¿no? 

- Para siempre. 

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