Wake me up. [Cap.5.]

Escritor : Unknown | Hora : 5:45 | Categorías :
Autor del fic o historia: Daniel.
Twitter : @LeonheartTribal


Nombre del fic o historia: Wake me up.
Tema : Hetero, +18 , Block B [Zico x Fan] , drama, mini-serie.

-Capítulo 5.-

Hablando sobre cosas superficiales, pasaron un largo rato juntos.
Amy hablaba mucho, pero también le gustaba escuchar, por lo que Zico termino sintiéndose extrañamente cómodo con aquella conversación. Hablaron sobre el tiempo, sobre la ciudad, sobre U-Kwon y su familia, sobre Seúl, y sobre cómo era la vida de alguien que intentaba triunfar como artista, llevando el rap como única arma. Hablaron sobre temas banales, pero también sobre algunos temas profundos. También hubo silencios incómodos, pero Amy se esforzaba porque fueran lo más cortos posibles.

De pronto, Zico entendió lo que ella intentaba hacer: estaba tratando de eclipsar toda la conversación con Buba. ¿Tal vez porque a ella le dolía hablar de aquel tema? Sin embargo, le restó importancia, pues los esfuerzos de aquella chica por mantener un nivel alto de conversación le animaban.

Se acercaron a la costa, no demasiado lejos del local del reunión de los tres amigos de Zico. Apoyados contra una de las vallas que impedían el acceso al mar, continuaron hablando, aunque poco a poco se fueron quedadon sin temas que desembocaron en un silencio incómodo por parte de ambos.
De pronto, vieron a U-Kwon acercarse desde una de las direcciones. Su rostro, ensombrecido, delataba que había sucedido algo entre Jason y él. Sin embargo, cuando llegó a la altura de Zico y Amy, borró cualquier sentimiento negativo con una sonrisa abierta.

- ¿Cómo estáis? - Susurró su voz, ligeramente quebrada. Llevaba las manos enfundadas dentro de los bolsillos. Aparentaba, o pretendía aparentar, despreocupación.
- ¿Y tú? - Preguntó Zico, mirándole con suspicacia. Su amigo se encogió de hombros.
- Amy, Jason me ha pedido que te diga que te reunas con él en su casa. Dijo que necesitaba hablar contigo. - La muchacha alzó una ceja, dudosa. - No sé sobre qué puede ser.
- Está bien... Iré a averiguarlo. Y, luego, tú me contarás qué ha sucedido, ¿vale? - Le dedicó una amistosa sonrisa a Zico y un breve abrazo a U-Kwon. - Bienvenido a casa.

Acto seguido, se perdió por el camino que U-Kwon había utilizado para llegar hasta ellos.
Una vez se encontraron solos, se apoyaron en la valla, ambos mirando hacia el mar.
La risa despreocupada de su amigo hizo que Zico girara la cabeza, confuso.
- Me ha dado una paliza. - Indicó. Se levantó la camisa, mostrando, bajo sus abdominales marcados, un enorme morado. - Fue demasiado suave, para mi gusto.
- ¿Habéis conseguido hablar o se ha limitado a apalearte? - U-Kwon río ligeramente. Cuando lo hizo, esbozó una mueca de dolor, llevándose luego la mano a la zona dolorida de su abdomen.
- Hemos conseguido hablar... Entendí que no pensaba que yo tenía la culpa, sino que... Bueno... Es un pensamiento estúpido, pero, piensa que si me hubiera quedado, nada de eso hubiera pasado, ¿entiendes?
- ¿Quieres decir... que sólo está resentido?

U-Kwon asintió, bajando la camisa y llevando ambas manos a los bolsillos traseros de su pantalón.

- Exacto... Pero todo ha terminado bien, afortunadamente. Aunque aún hay cabos que arreglar, claro. Lo haremos cuando tengamos tiempo. Según me aclaro Buba, él está ocupado con otros asuntos, así que preferí dejarle espacio.

Entendiendo, Zico no preguntó nada más. Sumido en la profundidad de sus propios pensamientos, se dio cuenta que, después de todo lo acontecido en las últimas horas (la conversación con Buba, el recibimiento de Jason, los momentos con Amy), apenas se le había pasado por la cabeza lo sucedido durante el día anterior.
Pensaba que, si todos los días iban a resultar así, le sería fácil olvidarse de... aquella zorra.

Caminaron de regreso a casa, por la avenida de la playa. En el cielo, el sol fue moviéndose lentamente hasta ocultarse tras edificios demasiado altos. En medio de un atardecer demasiado hermoso, se notó exageradamente agotado. Con el cuerpo débil y la mente cansada, deseaba tumbarse en la cama y descansar diez minutos, nada más.

Su mayor sorpresa, y su mayor desgracia, sucedió al llegar a la puerta de la casa de La Gran Mole. Desde una posición algo alejada, vieron a una figura parada delante de la puerta. Para el rubio era fácilmente reconocible, pues había dormido junto a aquella joven durante los últimos meses, acariciando su cuerpo y perdido entre sus besos. De pronto, se sintió sin fuerzas ni energías: aquella figura de mujer, detenida en el umbral de la puerta, era su ex-novia.

google+

linkedin