Reportaje de Guerra. [Parte 2.]

Escritor : Unknown | Hora : 6:39 | Categorías :
Autor del mini-relato: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal
Nombre del relato: Reportaje de guerra.
Tema: Drama, guerra.  


#2. Soldado norcoreano.


Después de ver el miedo en los ojos de aquella familia, después de ver el terror de la mirada de aquel chiquillo que tan valientemente le miraba, no podía seguir con aquello.
Me niego, pensaba él, no puedo hacerlo.



Arrojó su arma al suelo, lejos de él.
Echó un vistazo alrededor, a la búsqueda de alguien que pudiera ayudarle y, tal vez, un camino que le llevase lejos de allí, al amparo de la nación hermana, contra la que estaban en guerra y que seguramente le ayudaría.
Sin embargo, todas las calles que emergían del lugar donde él se encontraban parecían idénticas, así que alcanzar una zona segura iba a ser fruto del azar.
Se apresuró a internarse entre las callejuelas de aquella ciudad, ignorando las continuas llamadas de sus ex-compañeros, a quienes, poco a poco, iba dejando atrás.

Sabía que no había lugar para un traidor en el ejército norcoreano, pero no podía acatar las órdenes de sus superiores.
Optando por aquella actitud humanista y cobarde, prefirió darle la espalda a su patria e internarse en el seno del bando enemigo, con la esperanza de que aún quedase alguien allí que quisiera socorrerle.
Sobre su cabeza, disparos.
Agachándose y apartándose del camino, tomó una calle transversal, corriendo todo lo que podía, intentando no cruzarse con nadie.

A lo lejos, el sonido de las bombas; más próximo a él, chillidos desgarradores en mitad de la noche más siniestra que hubo de afrontar desde que llegase al mundo.
Era más de lo que nunca quiso imaginar. Demasiadas vidas malgastadas por la tiranía de un hombre que no comprendía la repercusión de sus actos. Cuerpos inertes cubrían el suelo, con los ojos mirando al cielo y pidiendo misericordia a un Dios en el que no creían, intentando hallar algún tipo de consuelo en mitad de aquel infierno.
Puede que aquellas personas fuesen parte de una nación dividida, pero, aún así, seguían viviendo todos bajo un mismo sol. Y, aunque los líderes así lo dictaban, formaban parte de la misma patria. No podía oponerse a ellos; mucho menos, hacerles daño.

No puedo
, pensaba, sencillamente, no puedo.

Con los nervios a flor de piel, la línea que separaba su bando del enemigo, aquel al que ya consideraba amigos, aliados y familia, estaba cada vez más cerca, a tan sólo una pequeña carrera.
Podía verlos. Podía ver a sucoreanos al otro lado de una valla metálica, reforzada, protegida por docenas de soldados. Sin embargo, él iba desarmado y contaba con la esperanza de que le acogieran.

Corrió y corrió, escuchando gritos tras él.
Disparos que se elevaron por encima de su cabeza, disparos que se esforzó por esquivar agachándose y situándose a los pies de uno de aquellos soldados entre los que buscaba protección. Él le apuntó con el arma, directamente a la cabeza.
Sin embargo, algo en el aspecto desaliñado y en las manos desnudas del desertor le hizo desistir de dispararle.
El surcoreano se puso delante de él, de cara al otro bando.

- Estas a salvo. - Dijo.

Alguien lo tomó por el brazo, y lo llevó dentro de aquel refugio.
Sabía que aquel infierno tardaría en acabarse y que sufriría por tener que amanecer un día más en él...
Pero, al menos, lo haría sin derramar una gota de sangre inocente.

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