Reportaje de guerra. [Parte 1.]

Escritor : Unknown | Hora : 0:51 | Categorías :
Autor del mini-relato: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal
Nombre del relato: Reportaje de guerra.
Tema: Drama, guerra. 



Después de haber estado debatiendo conmigo mismo y con los demás escritores del blog, hemos decidido hacer público este relato, de temática algo fuerte y delicada para los amantes de Corea y sus costumbres, pero igualmente recomendado para todos aquellos lectores alejados de ese país, solamente por la conciencia que conlleva.

#1. Soldado surcoreano.

No recordaba cuándo fue la última vez que logró dormir sin sobresaltarse en medio de la noche, la última vez que durmió placenteramente durante ocho horas seguidas.
Desgraciadamente, hacía ya tiempo que había renunciado a eso.
Sentado, con la espalda apoyada contra la pared de ladrillos, tragaba el humo del cigarro que pendía entre sus dedos. Llenando sus pulmones con algo que no tardaría en matarle, era lo único que le llevaba a un remanso de paz en medio de aquel apocalipsis.
Expulsó paulatinamente el aire viciado, negro, de sus pulmones, tan despacio que parecía exhalar vida propia. Mientras tanto, el ruido venido del exterior le inspiraba un terror que le paralizó la sangre.
A pesar de todo, debía continuar.

Haciendo acopio de las energías que restaban de su cuerpo cubierto de cicatrices, consiguió levantarse y enderezarse.
En el otro lado de la habitación, una ventana; más allá de ella, en el exterior, un fuego que se extendía por todo Chungnam, de este a oeste, como una gran masa roja que iba devorándolo todo a su paso.
Y, dentro de él, una sensación de terror, odio e impotencia...

Algo explotó en medio de la nada, en mitad de la oscuridad perpetua, algo que sobrepasó el sonido de los transeúntes pereciendo bajo la marea de soldados.

Con lágrimas en los ojos, se enfundó su arma entre los brazos, y bajó a las escaleras, dispuesto a afrontar el infierno del exterior.

El aire era cálido y exageradamente denso, tanto que comprimía los pulmones hasta el punto de sentirse ahogado, incluso en un lugar donde ni el humo ni el fuego habían llegado aún.
Sin embargo, tras largas semanas sobreviviendo en aquel apocalipsis, se había acostumbrado a la sensación de aquel pesado ambiente. Pero había algunas cosas a las que jamás se acostumbraría.
Acto seguido, cargó su arma.
Con los ojos nublados por las lágrimas, comenzó a andar hacia las calles, hacia la zona de la que venía aquel griterío intenso.

Entre bombardeos que atravesaban la noche, cada segundo era eterno. Y cada vez que abría los ojos luego de una explosión, se sentía vivo una vez más. Cada paso que lograba dar justo después del anterior, lo convertía en un superviviente.
¿Qué le quedaba sino luchar en medio de aquel tormentoso infierno?
Absolutamente nada, excepto la esperanza de que, en poco tiempo, toda aquella estúpida guerra terminase.

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