Autora del fic o historia: Sandra.
Twitter : @Aonlything
Nombre del fic o historia: Don't worry little baby.
Tema : Hetero, MYNAME ( MYNAME x Fan), +18.
-Capítulo 5.-
Estaba sentada en la cafetería desde hacía más de media hora, mareando mi café, frustrada. No había conseguido encontrar todavía demasiadas pistas sobre las personas que habían involucrado a mis pequeños rebeldes en aquel robo. Suspiré pesadamente y aparte la cucharilla del ya mareado café, para darle un buen sorbo cuando me sobresaltó el sonido del móvil, lo que provocó que casi me atragantase con el jodido café, tosí escandalosamente ganándome miradas curiosas y divertidas por parte de otras personas que estaban en el lugar. Carraspeé antes de contestar, extrañada al ver que el número era desconocido.
- ¿Diga? – Oí ruido
de fondo, algo parecido a un tren. Fruncí el ceño.- ¿Hola?
- ¿Qué se supone que hace
una vulgar profesora metiéndose en cosas que no le incumben?- Mi interlocutor
pronuncio cada palabra con un tono déspota y altanero, pero pude percatarme de
que sería un chaval, seguramente de la edad de mis alumnos. Me acomodé en el
asiento y miré por el cristal hacia la calle, vaya ¿Cuándo se había puesto a
llover de esa forma?
- ¿Vulgar? – Reí por lo bajo alzando una ceja.- Hago mi
trabajo, el cual incluye proteger a mis alumnos. La pregunta adecuada debería
ser ¿Quién es tan cobarde para culpar a otros de sus delitos? ¿Acaso tienes
miedo?- Mi intención era provocar, la
gente tiende a ser demasiado presuntuosa para demostrar a los demás lo
equivocados que pueden estar, y eso podría darme la oportunidad de desenmascararlo o fomentar que cometiesen un
error.
- Yo no temo a nada, solo limpio el lugar de escoria, que es
lo que son a lo que tu llamas alumnos.- Escupió cada palabra con tanto despreció
que incluso me sorprendió, ¿era posible que una persona tan joven, como suponía
que podía ser mi interlocutor, pudiese albergar tanto desprecio hacia otras
personas? – Debería dejar de entrometerse si no quiere salir mal parada. -
- Ya veremos quién es el que sale peor parado.- Le espeté
con la furia candente en mi interior. Jamás había podido soportar que me
amenazasen ni me presionasen de ninguna forma y
unos mocosos con aspiraciones hitlerianas no iban a acobardarme.
- Te arrepentirás, no lo dudes. – Tras aquella última frase
la línea se cortó, y tuve que hacer
acopio de todo mi autocontrol para no lanzar el móvil por ahí. Que ganas tenía
de darles una buena ostia a los responsables de esa mierda de problema en el
que habían metido a sus alumnos.
Me incorporé sabiendo que el café que estaba casi entero me
sentaría como una patada en el hígado después de esa llamada, y a pesar de que
tenía hambre, pasaría lo mismo con la comida. Lo mejor sería dar una vuelta y
despejarme, porque si llegaba así a casa todos sabrían que había algo que me
alteraba. Lo malo de convivir con mi familia, aparte de que fuesen mafiosos, es que me leían como un
libro abierto y entonces solía salir la vena sobreprotectora del clan. Más de
una vez había tenido que colgarme del cuello de Tae para evitar que cometiese algún
que otro asesinato múltiple en nombre de mi honor. Suspiré divertida al pensar
en la de veces que habían pasado ese tipo de cosas y salí de la cafetería,
aprovechando que la lluvia había amainado. Caminé lo más rápido que pude por aquellas calles casi desiertas, hacia
un tiempo de perros y parecía que la gente estaba agolpada en cada cafetería o
local en el que podían estar para evitar el frío y la lluvia. Creo que había
esperado demasiado, pues la lluvia volvió con más fuerza que antes,
consiguiendo que me calase hasta los huesos. Maldije por lo bajo acelerando el
paso en busca de cualquier lugar donde guarecerme de la lluvia, busque en el
móvil pero éste también estaba mojado y apagado. No debí levantarme de la cama
esa mañana, con ese pensamiento en la cabeza, empecé a correr algo más apurada
por encontrar algún sitio. Estaba tan centrada en ello que no vi a la persona
que salió del callejón de mi derecha a toda prisa, chocamos y caí
estrepitosamente justo sobre un charco. Emití un gemido quejumbroso.
- ¡MALDITA SEA! – Empecé a soltar improperios, estaba
teniendo un día bastante pésimo y el hecho de que encima de estar mojada,
estuviese hecha un churrete andante, no ayudaba. Me estaba incorporando cuando
oí una voz masculina que se antojó bastante familiar.
- ¿Carrot Teacher? – Oí el tono ciertamente divertido y note
la mirada del muchacho recorrerme y alzar las cejas.- ¿Qué haces así?
- No sé, será que está lloviendo y que cierta persona corría
sin prestar atención a nada y me ha tirado a un jodido charco.- Entrecerré los
ojos y el me obsequió una sonrisa que me
pareció una de las más bonitas que jamás había visto.
- Lo siento, solo quería llegar a casa para poder cambiarme.
¿Y qué haces por aquí de todas formas? – Alzo las cejas curioso.
-Estaba intentando ir hacia la estación pero la lluvia me ha
pillado en medio y no tengo el móvil operativo.- Emití un suspiro derrotado y
le miré.- Deberías irte o cogerás un resfriado, yo voy a ver si encuentro un
taxi.
-Espera, mi casa está cerca, si quieres puedes esperar allí
a que el tiempo mejore.- Seyong me miró y señalo los edificios que estaban a nuestra espalda.-
Vivo justo ahí.-
- Te lo agradecería mucho, la verdad.- Sabía que lo mejor habría sido negarme pero
es que estaba mojada, hacía un frío
horrible y el tiempo parecía que no iba a mejorar en bastante tiempo, no me
apetecía deambular por las calles bajo aquella lluvia torrencial.
El asintió y ambos nos dirigimos a su casa sin intercambiar
demasiadas palabras, esperaba que se mofase o intentase sacar provecho de
aquella situación, como haría cualquier granujilla de su edad. Pero me sorprendió
gratamente con aquella actitud tan
gentil, sonreí suavemente, ¿acaso aquella faceta de malote solo era un
postureo?
Cuando por fin entramos al piso, pude comprobar que era
pequeño, ordenado. Dejamos los zapatos en la entrada y pude ver que todo estaba
pintado de blanco, los muebles eran negros y grisáceos, todo bastante cool.
- Lo mejor sería darnos una ducha y cambiarnos de ropa.- Me
miró con cierta picardía y una sonrisilla pillina curvo sus labios.- ¿te
apetece una ducha en compañía? – Me acerqué bastante a él, lo que pareció
sorprenderle, me eche el pelo hacia atrás de forma coqueta y le dediqué una
sonrisa divertida.
-Lo siento pero no salgo con niños.- En respuesta Seyong
sonrió divertido y chasqueo la lengua.
-Qué pena que no sepa diferenciar entre niños y hombres.- Reí
por lo bajo y el me hizo un gesto de cabeza.- Báñate tu primero, pareces
bastante más empapada que yo. Puedo prestarte una camiseta y puedes poner tu
ropa interior en la secadora, porque creo que es lo único salvable de lo que
llevas puesto. A no ser que prefieras ir sin ropa interior.- Me dedicó una
sonrisa algo sensual, como si él estuviese datado en ese tema, bueno
seguramente lo estaría.
- Pondré la secadora yo misma sino te importa.- Él se rio y
se encogió de hombros, indicándome con un par de señas que la secadora estaba
junto al baño. Aquel piso era pequeño pero no agobiante, estaba muy bien
distribuido y él parecía bastante organizado. Entré al baño y me desnudé, dejando
la ropa sucia a un lado y salí tras enroscarme en una toalla blanca para poner
mi ropa interior, que constaba de un sujetador con detalles de encaje y unas
braguitas a juego, y sentí mis mejillas arder cuando oí un silbido a mis
espaldas. Me giré para verle mirarme con renovado interés mientras me dedicaba
una sonrisa torcida. No pude evitar gruñirle y entrar al baño sin decir nada,
demasiado avergonzada, no es que me hiciese especial ilusión que mi alumno
supiese que tipo de ropa interior llevo. Tras una ducha de diez minutos, salí
encontrando encima del váter una camisa y unos pantalones junto con mi ropa interior.
-- ¿PERO CUANDO?...- Oí la risilla divertida de Seyong fuera, dios...menos mal
que no se veía nada desde fuera de la ducha, sino...lo mataría. Me vestí, la
ropa que me había dejado constaba de una camiseta ancha y unos pantalones
cortos, que me quedaban bastante sueltos. Salí por fin del baño, secándome el
pelo y me lo encontré de frente.
Sentí su mirada recorrerme con un brillo extraño, y me cruce
de brazos alzando el mentón.
- ¿Qué? -
-Sólo pensaba en lo guapa que eres y lo adorable que éstas con mi ropa.- Lo dijo como si hablase del tiempo y se inclinó para coger un mechón de mi cabello, alcé las cejas, curiosa. Se lo llevo a los labios, besándolo suavemente mientras sus ojos seguían fijos en los míos. Tras aquel gesto pasó por mi lado para ir hacia el baño pero antes de desaparecer tras la puerta le oí decir.- Hay té caliente en la cocina, sírvete tú misma.-
- ¿Qué?
-Sólo pensaba en lo guapa que eres y lo adorable que éstas con mi ropa.- Lo dijo como si hablase del tiempo y se inclinó para coger un mechón de mi cabello, alcé las cejas, curiosa. Se lo llevo a los labios, besándolo suavemente mientras sus ojos seguían fijos en los míos. Tras aquel gesto pasó por mi lado para ir hacia el baño pero antes de desaparecer tras la puerta le oí decir.- Hay té caliente en la cocina, sírvete tú misma.-
Me quedé ahí plantada unos minutos más, analizando lo
sucedido, ¿Qué demonios acababa de pasar?, ¿Acaso ahora se había propuesto
chincharme a modo de seductor como lo hacía Insoo? Lo mejor sería no darle demasiada importancia,
total solo estaba jugando y ese tipo de juegos no me afectaban, era un niño. Con
ese pensamiento, camino hacia la cocina en busca de ese té que Seyong le había
mencionado.