Don't worry little baby. [Cap.2.]

Escritor : MaiMyst | Hora : 16:49 | Categorías :

Autora del fic o historia: Sandra

Twitter : @Aonlything
Nombre del fic o historia:  Don't worry little baby.
Tema : Hetero, MYNAME ( MYNAME x Fan), +18.
 -Capítulo 2.-

Les dediqué a todos una sonrisa conciliadora y me giré para escribir mi nombre en la pizarra.- Además de vuestra tutora, seré vuestra profesora de inglés, espero que acudáis a mi con cualquier tipo de duda que os pueda surgir y sin ningún tipo de vergüenza por ello.-  Oí los murmullos y risas de burlas, me giré para dedicarles a todos una mirada feroz, no por nada era la nieta de la cuarta generación de los Shin, una de las mafias más conocidas de Asia.  Más de uno se tenso en respuesta pero fue curioso ver la reacción del grupo de cinco chicos que permanecía al fondo del aula. Uno de ellos, el del pelo rubio parecía divertido pero pude percibir que más bien estaba irritado.
-¿Acaso no ve que a nadie le interesa lo que pueda decir? ¿Por qué no deja de perder el tiempo y se va a limarse las uñas como una niña buena? Quizás si te portas bien luego vaya a darte un regalito.- Culminó aquello con una sonrisa seductora y un guiño de ojo. Parpadee mientras los restantes miembros del aula vitoreaban y se reían a mi costa. ¿Aquel maldito mocoso malcriado pensaba que podía tratarme como a una inútil y que me flaqueaban las piernas por él?...Oh por dios. Terminé estallando en una risa divertida que hizo que todos enmudeciesen y que ahora fuese el grupo entero del fondo el que me prestase verdadera atención.
-Por favor, cielo, no te humilles a ti mismo. No necesito ser una niña buena y mucho menos necesito ningún regalito que provenga de ti, no me interesan los enclenques.- Mientras decía esto me pasee y contonee ligeramente mis caderas, sabía a ciencia cierta que alguien debía ser el líder de aquella jauría de lobos, y estaba dispuesta a saberlo hoy mismo. Me apoye contra el borde de la mesa frente a ellos y le dediqué una media sonrisita divertida al joven rubio que parecía atónito y bastante molesto.
-Menuda perra.- Espetó acercándose a grandes zancadas con aire amenazador. Ups… había herido su frágil ego masculino y por alguna razón, me hacía sentir divertida, en el fondo sabía que debía contenerme pero no soportaba a esa clase de tratos. Él se acerco hasta el punto de estar a pocos centímetros de distancia mirándome con superioridad.- Estoy seguro de que tu no sabes lo que es un hombre de verdad, con lo horrorosa que eres nadie habrá querido acercarse a ti.- Las risas no se hicieron de esperar ni los murmullos tampoco, ignoré esa pequeña punzada de incomodidad y le enfrenté, no iba a permitir que un niño pensase que iba a poder conmigo.
-Puede que sí o puede  que no sepa lo que es un hombre de verdad pero te aseguro que no pienso dejar que tú...-Le mire de arriba abajo divertida y luego directamente a los ojos, notando el desconcierto y la furia candentes en su mirada.- compruebes si estás o no en lo cierto, pequeño. Así que guarda tus escasos encantos para las niñas tontas que se dejen encandilar por ellos y mueve tu culo al asiento.- Me aparte de su lado para volver a mi puesto, estaba perdiendo tiempo en tantear el terreno con esa panda de niños mal criados que pretendían hacerse los malos. No obstante un fuerte agarre en mi brazo me hizo retroceder y encararme nuevamente con aquel rubio obstinado. Arquee las cejas al ver un puño en alto.- ¿Piensas golpearme por que no comparto tu opinión sobre ti mismo y tus encantos?
En respuesta el rechino los dientes  pero entonces una voz profunda y serena sonó desde el fondo del aula.
-Deja de armar escándalo de una puta vez Insoo y ve a tu sitio. – el rubio maldijo por lo bajo soltándome de mala manera, y entonces me sentí bastante satisfecha, ya sabía quien era el cabecilla de todos ellos. Si doblegaba a éste, las cosas irían mejor. Miré al joven de pelo rojizo, ataviado con el uniforme que estaba tumbado sobre la mesa. Lo más gracioso era que llevaba puesta unas gafas de sol.
-Ey tú, el de las gafas. –todos parecieron mirarme como si estuviese loca pero él chico en cuestión  alzo el mentón.- Aquí no hay sol, así que quiero esas gafas fuera.
-Ahá.- el susodicho se incorporó de su asiento, seguido de los otros 4 chavales, incluyendo al rubio.- Entonces iré donde sí que lo hay. – Tras decir aquello salio por la puerta trasera dejándome con media clase, pues la otra se animo a irse también. Solté una maldición, aquellos niños iban a ser más difíciles de manejar  y el líder parecía lo bastante obstinado como para ser un rival digno.

Terminé dando clase a los que se encontraban allí conmigo y pude descubrir que estaban bastante verdes en inglés pero algunos parecían bastante interesados en el idioma, cosa que me consoló bastante. Les mande varios ejercicios, y les dije que se los pasasen al resto del grupo. Esperaba que al menos lo intentasen. Fue una jornada larga pero con el resto de clases todo fue bastante mejor y pude comprobar que el mediocre nivel de ingles solo lo tenía mi grupo de tutoría, y eso debía arreglarlo incluso cogiendo las horas de tutoría para dar clases de refuerzo si era necesario.

También a lo largo del día pude confraternizar más con mis compañeros de trabajo y descubrí que la enfermera llamada Choi Min Ah y la profesora de matemáticas,  Park Hyo Sun eran de lo más agradables y terminamos intercambiando teléfonos para salir a cenar juntas algún día después del trabajo.

Camine pesadamente hacia mi bicicleta  y comprobé que estaba…desmontada, le faltaba las ruedas. Emití un gemido quejumbroso. Estaba cansada, no quería caminar, esos enanos malcriados…Chasquee la lengua y por un momento me plantee llamar a casa para que me viniese a buscar Tae con uno de los coches del abuelo, pero decline la idea casi al instante. Era demasiado peligroso y no tenía porque ser tan perezosa, podía ir caminando hasta la parada que había cerca del instituto.

Para mi propio disgusto termine sentada al lado de la persona que menos ganas tenía de ver, el líder de los rebeldes. Lo encontré esperando en la parada de bus junto con sus compañeros. Cuando llego el bus pude comprobar que sólo el ya nombrado, subía también y pese a que había miles de asientos, se sentó junto a mi. Le dediqué una mirada incrédula, ¿estaba intentando intimidarme?
-¿Piensas huir de ahora en delante de mis clases con el rabo entre las piernas solo porque no te dejo dormir? – Había pensado ignorarle y seguir a lo mío pero era demasiado impulsiva para mi desgracia.
-Yo no huyo con el rabo entre las piernas de nada pero tampoco me doblego ante nadie y menos ante una profesora.- Giró el rostro hacia mi y sentí su mirada estudiar mis facciones a pesar de esas oscuras lentes. Le miré, bueno más bien sus enormes gafas de sol negras sin flaquear.
-Eso ya lo veremos chavalin.- Le dediqué una sonrisa torcida y giré para mirar por la ventanilla dando por zanjada ese pequeño intercambio de retos. El hecho de que me estuviese retando hacia que mis ganas por conquistar a esos alumnos aumentase.
-Entonces la batalla acaba de comenzar carrot teacher.- Note su aliento cerca de mi oreja y vi a través del cristal de la ventana que una sonrisa había curvado sus labios.
-No sabes con quien estás jugando. – Murmuré incorporándome del asiento para bajar en la próxima parada. Faltaban dos paradas más para llegar a mi casa, pero no quería que él supiese la zona exacta. Pasé por su lado notando su mirada clavada en mí.
-Hasta mañana.- Oí decir con un tinte de diversión en la voz. Me giré antes de bajar para sonreírle.
-Haz los deberes, enano.- Baje del bus y puse camino a casa, realmente agotada. Tomaría un baño, cenaría y directa a la cama.

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