Autora del fic o historia: Daniel.
-Capítulo 1.-
Allí me encontraba, sentada en uno de los elegantes sillones del estudio de grabación, tras la mesa de mezclas donde se preparaba la música que grabarían. Ella no formaba parte de la grabación, pero lo más profundo de sus entrañas temblaban al pensar en lo que se avecinaba. Tal vez uno de sus sueños, una de las situaciones que más la habían violado desesperadamente en sueños, como si se tratase de la única meta en su vida. Obviamente, no lo era.
Azotó su melena de un lado al otro, justo cuando uno de ellos entró en la sala de grabación. Al otro lado del cristal, demasiado hermoso como para ser real. No se creía que, de verdad, estuviera cerca de él, a tan pocos metros.
Sus labios rojos destacaban sobre la superficie de su piel blanca, como gotas de sangre en la nieve. Aquella mirada de color castaño que la desnudaba, excitante hasta el punto de humedecer su ropa interior sin ni siquiera tocarla, le ponía los pelos de punta. A pesar de sentirse tan excitada por aquel joven, sus mejillas abultadas le parecieron adorables. Tal alarde de monosidad no fue suficiente como para continuar deseando que él la tomara entre sus manos... e hiciera lo que más le gustase.
Apartó los ojos de ella y los llevó hasta la libreta que traía en una de las manos. Situado delante del micrófono, todavía apagado, hojeaba las páginas de la libreta, tarareando una curiosa melodía al mismo tiempo. Si no supiera que, de un momento a otro, aparecería más gente en alguna de aquellas dos salas, se hubiera comenzado a tocar pensando en las manos de aquel chico acariciando su cuerpo.
Justo en ese instante, alguien entró en la misma sala en la que estaba ella. Los labios ligeramente gruesos, los ojos seductores y un rostro que invitaba a temblar de miedo. Sin embargo, la sonrisa sincera que le dedicó hizo que su corazón prendiera en llamas. Ambos jóvenes se saludaron a través del cristal. Entretanto, la joven se permitió el lujo de contemplar más al chico que tenía cerca de ella. Su actitud, su seridad, y esa manera que tenía de pasar los dedos sobre la mesa de mezclas, como pensando en lo que estaba a punto de tocar... Deseaba que la tocase a ella de la misma manera. La camisa sin mangas del joven dejaba entrever un poco de la piel de su espalda, donde tenía un tatuaje, justo sobre el omóplato. No alcanzaba a leerlo... pero sabía lo que ponía. Cuántas noches le había acariciado el tatuaje mientras él la poseía, en lo más profundo de sus sueños...
Zico y Yong Guk representaban la sexualidad en su vida. Formaban parte del 80% de sus orgasmos y de sus gemidos. La totalidad de sus noches, incluídas las más íntimas, pertenecían a aquellos dos coreanos.
Ambos se llevaron auriculares a las orejas.
Mientras Guk, el más próximo a ella, encendía la mesa de mezclas, Zico parecía concentrado en si mismo. Rapeaba rápidamente. Sin embargo, la joven no lo escuchaba. Solamente veía su lengua desplazarse velozmente fuera y dentro de su boca. Parecía tan decidido, tan convincente...
Guk dio unos golpes al cristal, ante los que Zico respondió asintiendo. La música empezó a sonar.
Era poco menos que increíble verlos conectados a aquel nivel. Zico seguía la perfecta pauta de Guk ante la caja de música. Cuando uno disminuía, el otro aceleraba, y a la inversa, formando una sintonía mortal para su sexualidad tan joven. No sabía a cuál de los dos mirar. No quería perderse nada, ni un solo movimiento de sus pestañas.
Guk paró la música, y Zico aumentó la velocidad de sus rimas, ante lo que ella abrió la boca, estúpidamente. Empezó a vocalizar con una agresividad que nunca hubiera creído en él, en alguien tan... dócil. Su rostro se tensaba, sus manos acompañaban sus rimas y su fuerza... Estaba en un completo estupor, hipnotizada por él y por su voz.
Sólo le sacó de su estado las palmas de Guk cuando Zico terminó de rapear. El rubio del otro lado del cristal les sonrió a ambos. Intercambiaron posiciones segundos más tarde.
Mientras hablaban, ella los contempló a los dos. Pensaba en ser conquistada por ellos dos... Era una idea estúpida, pero ambos conformaban sus fantasías más viciosas. No podía controlarse. No podía controlar sus instintos...
Mientras que Zico había sido agresivo, Guk parecía más calmado a la hora de rapear. No consiguió entender la totalidad de la letra, pero parecía dolido. A pesar de eso, su sonrisa abierta la derretía. Sentía cada palabra de un modo diferente, y llegaba a transmitírselo.
Ambos formaban la alianza perfecta.
Ambos la excitaban de tal manera que sentía que su entrepierna y pezones estallarían en cualquier momento.
Alguien más entró en la sala. Cuando ella lo reconoció, no pudo controlar un gemido de excitación, aunque ninguno de los presentes la escucharon...
Twitter : @LeonheartTribal
Nombre del fic o historia: So hot.
Tema : Hetero, Block B [Zico x Fan] , B.A.P [Yongguk x Fan], mini- serie , +18.-Capítulo 1.-
Allí me encontraba, sentada en uno de los elegantes sillones del estudio de grabación, tras la mesa de mezclas donde se preparaba la música que grabarían. Ella no formaba parte de la grabación, pero lo más profundo de sus entrañas temblaban al pensar en lo que se avecinaba. Tal vez uno de sus sueños, una de las situaciones que más la habían violado desesperadamente en sueños, como si se tratase de la única meta en su vida. Obviamente, no lo era.
Azotó su melena de un lado al otro, justo cuando uno de ellos entró en la sala de grabación. Al otro lado del cristal, demasiado hermoso como para ser real. No se creía que, de verdad, estuviera cerca de él, a tan pocos metros.
Sus labios rojos destacaban sobre la superficie de su piel blanca, como gotas de sangre en la nieve. Aquella mirada de color castaño que la desnudaba, excitante hasta el punto de humedecer su ropa interior sin ni siquiera tocarla, le ponía los pelos de punta. A pesar de sentirse tan excitada por aquel joven, sus mejillas abultadas le parecieron adorables. Tal alarde de monosidad no fue suficiente como para continuar deseando que él la tomara entre sus manos... e hiciera lo que más le gustase.
Apartó los ojos de ella y los llevó hasta la libreta que traía en una de las manos. Situado delante del micrófono, todavía apagado, hojeaba las páginas de la libreta, tarareando una curiosa melodía al mismo tiempo. Si no supiera que, de un momento a otro, aparecería más gente en alguna de aquellas dos salas, se hubiera comenzado a tocar pensando en las manos de aquel chico acariciando su cuerpo.
Justo en ese instante, alguien entró en la misma sala en la que estaba ella. Los labios ligeramente gruesos, los ojos seductores y un rostro que invitaba a temblar de miedo. Sin embargo, la sonrisa sincera que le dedicó hizo que su corazón prendiera en llamas. Ambos jóvenes se saludaron a través del cristal. Entretanto, la joven se permitió el lujo de contemplar más al chico que tenía cerca de ella. Su actitud, su seridad, y esa manera que tenía de pasar los dedos sobre la mesa de mezclas, como pensando en lo que estaba a punto de tocar... Deseaba que la tocase a ella de la misma manera. La camisa sin mangas del joven dejaba entrever un poco de la piel de su espalda, donde tenía un tatuaje, justo sobre el omóplato. No alcanzaba a leerlo... pero sabía lo que ponía. Cuántas noches le había acariciado el tatuaje mientras él la poseía, en lo más profundo de sus sueños...
Zico y Yong Guk representaban la sexualidad en su vida. Formaban parte del 80% de sus orgasmos y de sus gemidos. La totalidad de sus noches, incluídas las más íntimas, pertenecían a aquellos dos coreanos.
Ambos se llevaron auriculares a las orejas.
Mientras Guk, el más próximo a ella, encendía la mesa de mezclas, Zico parecía concentrado en si mismo. Rapeaba rápidamente. Sin embargo, la joven no lo escuchaba. Solamente veía su lengua desplazarse velozmente fuera y dentro de su boca. Parecía tan decidido, tan convincente...
Guk dio unos golpes al cristal, ante los que Zico respondió asintiendo. La música empezó a sonar.
Era poco menos que increíble verlos conectados a aquel nivel. Zico seguía la perfecta pauta de Guk ante la caja de música. Cuando uno disminuía, el otro aceleraba, y a la inversa, formando una sintonía mortal para su sexualidad tan joven. No sabía a cuál de los dos mirar. No quería perderse nada, ni un solo movimiento de sus pestañas.
Guk paró la música, y Zico aumentó la velocidad de sus rimas, ante lo que ella abrió la boca, estúpidamente. Empezó a vocalizar con una agresividad que nunca hubiera creído en él, en alguien tan... dócil. Su rostro se tensaba, sus manos acompañaban sus rimas y su fuerza... Estaba en un completo estupor, hipnotizada por él y por su voz.
Sólo le sacó de su estado las palmas de Guk cuando Zico terminó de rapear. El rubio del otro lado del cristal les sonrió a ambos. Intercambiaron posiciones segundos más tarde.
Mientras hablaban, ella los contempló a los dos. Pensaba en ser conquistada por ellos dos... Era una idea estúpida, pero ambos conformaban sus fantasías más viciosas. No podía controlarse. No podía controlar sus instintos...
Mientras que Zico había sido agresivo, Guk parecía más calmado a la hora de rapear. No consiguió entender la totalidad de la letra, pero parecía dolido. A pesar de eso, su sonrisa abierta la derretía. Sentía cada palabra de un modo diferente, y llegaba a transmitírselo.
Ambos formaban la alianza perfecta.
Ambos la excitaban de tal manera que sentía que su entrepierna y pezones estallarían en cualquier momento.
Alguien más entró en la sala. Cuando ella lo reconoció, no pudo controlar un gemido de excitación, aunque ninguno de los presentes la escucharon...
1 Opiniones~:
Tulis Opiniones~oh que cachondo! me guta :3 himchan sería le ideal :P
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