Autor del fic o historia: Dani.
Twitter : @LeonheartTribal
Nombre del fic o historia: Our own day.
-Capítulo 2. -
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Nombre del fic o historia: Our own day.
-Capítulo 2. -
El despertador sonando en la mesilla de noche.
El sol colándose a través de la persiana, acariciando sus extremidades.
Su piel, enredada ligeramente entre las sábanas.
No
le apetecía moverse lo más mínimo. El sonido del despertador le
martilleaba la cabeza, como si alguien la estuviera golpeando una y otra
vez. Sin embargo, la debilidad de su cuerpo le arrastraba contra la
cama, impidiéndole moverse.
Ninguna de sus anteriores resacas vaticinaba ser tan jodidamente horrible.
Apartó
las sábanas, sentándose en el borde de la cama. Frotándose los ojos,
intentó acostumbrarse a la luz de la habitación, unos instantes antes de
posar una mano sobre el despertador... y lanzarlo violentamente contra
la pared del lado contrario.
Como era de esperar, estalló en varios trozos.
Dejó de sonar.
Sonriendo,
se puso en pie y se dirigió hacia el baño, exhibiendo su desnudez a
gusto. No convivía con nadie, así que se paseaba tan libre como podía
por su casa.
El móvil sonó, sobre la mesilla de noche.
Suspiró ligeramente, cerrando los ojos. Se dio la vuelta y agarró el teléfono.
-
¿Quién es? - Preguntó, dirigiéndose, nuevamente, hacia el baño. Una
risita aguda le taladró la cabeza, tal y como había hecho el
despertador. De repente, sintió ganas de tirar el teléfono móvil por la
ventana.
- Entiendo que te cabree que te despierte tan temprano, pero tenía que hacerlo, Zico.
Puso
el manos libres, antes de dejar el móvil en la encimera del baño. Se
contempló en el espejo: un joven de cabello rubio y cuerpo delgado le
observaba. Las ojeras revelaban la noche de fiesta y borrachera que
había pasado.
- ¿Qué ha pasado? - Inquirió, con voz seria.
- ... No te puedo contar por teléfono. Tienes que venir.
- No me vengas con tonterías, Zelo. Dime. Ahora.
Un suspiro de preocupación mal disimulada.
- Yawn se ha perdido.
- Te mato.
Como si su resaca se hubiera evaporado en la nada, localizó rápidamente su ropa, se vistió y se peinó lo mejor que pudo.
- ¡No! ¡Espera! ¡No fue mi culpa, en serio! - Escuchó un murmullo al otro lado del teléfono. ¿Yong Guk? - Lo dejé un momento solo para darle de comer, pero mis compañeros son idiotas, abrieron la puerta y... Yawn voló.
-
Corre, Zelo. Corre. No pares de correr. - Cogió las llaves y se dirigió
hacia la salida. - Huye lejos, lo más lejos que puedas. Porque voy a ir
a por ti.
- ¡No! ¡Por favor!
- ¡Busca a Yawn! - De
pronto, del teléfono salió un ruido violento. Parecía haberlo dejado
caer. - ¡Devuélveme a mi gato! Y, Zelo...
- Sí, dime... - Su voz se notaba algo temblorosa.
-
¡Dile a Yong Guk que más le vale salir a buscarlo! O también iré a por
él. - Por fin, Zelo esbozó una sonrisa. Escuchó una risa al otro lado
del teléfono.
- Dice que aquí te espera, que no va a buscar a tu bola peluda... y que puedes comerle el rabo como quieras.
Mientras salía del apartamento, cerrando tras de si, colgó el teléfono.
Iba a patear el culo de Yong Guk hasta que el pie le doliera.