Autor del fic o historia: Daniel.
Twitter: @LeonheartTribal
Nombre del fic o de historia: Perdóname.
Tema: Yaoi, C.E*, Oneshot [GD x Seung Ri.], BIGBANG.
[*Cualquier Edad.]
Aunque me habías roto el corazón, aún a tan pocos días de nuestro romántico encuentro, no podía dejar de amarte, dejar de pensar en ti, dejar de suplicarte en silencio que volvieras a mi vida, y que me dejaras entrar en la tuya como algo más de lo que había sido. Es difícil distinguir entre amistad y amor cuando eres tan cercano a alguien, pero debo admitir que no pude deshacerme de los sentimientos que me ataban a ti, en todo el tiempo que duró nuestra amistad. Al menos, lo que yo podía llamar amistad.
Ahora, no sé muy bien cómo llamarlo, porque después de todo lo que ha pasado...
Estás a pocos metros de mí. Puedo sentir tu calor, tu respiración... Puedo ver tu sonrisa, que diriges al público que te admira y te adora. Los demás te abrazan, te apoyan y hacen fan service contigo. Sin embargo, yo... no sé cómo hacer ya para aproximarme a ti, para palmear tu espalda como antes, para rodearte con mis brazos y susurrarte al oído que somos los mejores, que estaremos juntos siempre y que aquellas personas, sonrientes y felices mientras bailábamos y cantábamos, nos mantendrían siempre en lo más alto del escalafón coreano. Sé que te sentías bien al escuchar aquellas palabras, pues tu sonrisa auguraba cuán alto era tu cariño hacia mí. Sin embargo, ahora... no puedo. Simplemente no puedo, ¿vale? No puedo acercarme como antes, no puedo sentir tu cuerpo, no puedo abrazarte, y tal vez esto sea lo que peor llevo... De vez en cuando, te sonrío, muy tímidamente... Pero, en esa sonrisa, va todo mi amor por ti.
Sin embargo, tú no pareces darte cuenta, o no quieres darte cuenta. Y yo, minuto tras minuto, me siento peor, más bajo de ánimo.
Supongo que es mi culpa, y que todo esto me pasa por querer traspasar la línea entre la amistad y el amor.
Sigo siendo el mismo, en el fondo. Sigo siendo igual, sigo sonriendo, sigo cantando, sigo escribiendo, componiendo cuando la inspiración surge. Tras el escenario, parte fundamental de mi vida, me preparo para mi solo, salgo, lo doy todo, recibo el cariño de la gente. Y, a pesar de todo, el aire que respiro sigue siendo helado porque tu amistad es, cada vez, más y más fría.
Ayer, por la mañana, me he despertado algo más temprano que los demás, y me he acercado a tu habitación. He levantado la mano para llamar a tu puerta, y la he rozado, únicamente. No he tenido valor para llamar. Me he alejado despacio, apretando los puños, y suplicando a dios que me diera fuerzas para enfrentarme a ti de nuevo. Pero no escucha. No me ha escuchado en estos días, y no parece que me vaya a escuchar en los próximos.
Incluso he empezado a pensar que fue sólo azar del destino que nos encontráramos aquella noche.
¿Fui sólo por despecho? ¿Fue sólo para saciar tus ansias?
Ojalá pudiera encontrar respuesta a estas preguntas.
Dos de los otros saben cómo me siento, pero no pueden hacer nada. Piden que me aleje de ti, que me olvide de lo que siento, que busque a otra persona... Pero es que no puedo. No puedo olvidarte. No puedo dejar de amarte.
No quiero dejarte de amarte... Todavía tengo esperanzas de que pase algo entre nosotros, algo más... De que me ames.
Quiero que me expliques qué fue lo que sucedió, qué sentías aquella noche... y qué sientes por mí ahora.
He regresado a tu habitación, no hace demasiado rato, y la puerta estaba entreabierta. He empujado y te he llamado por tu nombre, pero aún dormías. Aunque no venga demasiado a cuento... pareces un ángel cuando duermes. Tu piel se entreve entre las sábanas, y el naranja de la bola de dragón de tu pecho destaca contra lo blanco de la tela. Y todavía me latía el corazón con más fuerza. Ojalá pudieras haberte quedado dormido en mis brazos, suplicando por mi amor. Te hubiera entregado todo lo que tengo guardado para ti, todo lo que siento. Tal vez... aún halla esperanzas.
Me gustaría decirte a la cara todo lo que he expresado aquí... No quiero que quede simplemente en un trozo de papel, y que tú lo apartes como un pañuelo usado. Quiero mirarte a los ojos mientras me declaro. Quiero que me mires a los ojos mientras intento hacerte entender hasta donde alcanzan mis sentimientos por ti. Espero poder hacerlo.
Ven a verme cuando lo desees.
Te estaré esperando el tiempo que haga falta.
Twitter: @LeonheartTribal
Nombre del fic o de historia: Perdóname.
Tema: Yaoi, C.E*, Oneshot [GD x Seung Ri.], BIGBANG.
[*Cualquier Edad.]
Aunque me habías roto el corazón, aún a tan pocos días de nuestro romántico encuentro, no podía dejar de amarte, dejar de pensar en ti, dejar de suplicarte en silencio que volvieras a mi vida, y que me dejaras entrar en la tuya como algo más de lo que había sido. Es difícil distinguir entre amistad y amor cuando eres tan cercano a alguien, pero debo admitir que no pude deshacerme de los sentimientos que me ataban a ti, en todo el tiempo que duró nuestra amistad. Al menos, lo que yo podía llamar amistad.
Ahora, no sé muy bien cómo llamarlo, porque después de todo lo que ha pasado...
Estás a pocos metros de mí. Puedo sentir tu calor, tu respiración... Puedo ver tu sonrisa, que diriges al público que te admira y te adora. Los demás te abrazan, te apoyan y hacen fan service contigo. Sin embargo, yo... no sé cómo hacer ya para aproximarme a ti, para palmear tu espalda como antes, para rodearte con mis brazos y susurrarte al oído que somos los mejores, que estaremos juntos siempre y que aquellas personas, sonrientes y felices mientras bailábamos y cantábamos, nos mantendrían siempre en lo más alto del escalafón coreano. Sé que te sentías bien al escuchar aquellas palabras, pues tu sonrisa auguraba cuán alto era tu cariño hacia mí. Sin embargo, ahora... no puedo. Simplemente no puedo, ¿vale? No puedo acercarme como antes, no puedo sentir tu cuerpo, no puedo abrazarte, y tal vez esto sea lo que peor llevo... De vez en cuando, te sonrío, muy tímidamente... Pero, en esa sonrisa, va todo mi amor por ti.
Sin embargo, tú no pareces darte cuenta, o no quieres darte cuenta. Y yo, minuto tras minuto, me siento peor, más bajo de ánimo.
Supongo que es mi culpa, y que todo esto me pasa por querer traspasar la línea entre la amistad y el amor.
Sigo siendo el mismo, en el fondo. Sigo siendo igual, sigo sonriendo, sigo cantando, sigo escribiendo, componiendo cuando la inspiración surge. Tras el escenario, parte fundamental de mi vida, me preparo para mi solo, salgo, lo doy todo, recibo el cariño de la gente. Y, a pesar de todo, el aire que respiro sigue siendo helado porque tu amistad es, cada vez, más y más fría.
Ayer, por la mañana, me he despertado algo más temprano que los demás, y me he acercado a tu habitación. He levantado la mano para llamar a tu puerta, y la he rozado, únicamente. No he tenido valor para llamar. Me he alejado despacio, apretando los puños, y suplicando a dios que me diera fuerzas para enfrentarme a ti de nuevo. Pero no escucha. No me ha escuchado en estos días, y no parece que me vaya a escuchar en los próximos.
Incluso he empezado a pensar que fue sólo azar del destino que nos encontráramos aquella noche.
¿Fui sólo por despecho? ¿Fue sólo para saciar tus ansias?
Ojalá pudiera encontrar respuesta a estas preguntas.
Dos de los otros saben cómo me siento, pero no pueden hacer nada. Piden que me aleje de ti, que me olvide de lo que siento, que busque a otra persona... Pero es que no puedo. No puedo olvidarte. No puedo dejar de amarte.
No quiero dejarte de amarte... Todavía tengo esperanzas de que pase algo entre nosotros, algo más... De que me ames.
Quiero que me expliques qué fue lo que sucedió, qué sentías aquella noche... y qué sientes por mí ahora.
He regresado a tu habitación, no hace demasiado rato, y la puerta estaba entreabierta. He empujado y te he llamado por tu nombre, pero aún dormías. Aunque no venga demasiado a cuento... pareces un ángel cuando duermes. Tu piel se entreve entre las sábanas, y el naranja de la bola de dragón de tu pecho destaca contra lo blanco de la tela. Y todavía me latía el corazón con más fuerza. Ojalá pudieras haberte quedado dormido en mis brazos, suplicando por mi amor. Te hubiera entregado todo lo que tengo guardado para ti, todo lo que siento. Tal vez... aún halla esperanzas.
Me gustaría decirte a la cara todo lo que he expresado aquí... No quiero que quede simplemente en un trozo de papel, y que tú lo apartes como un pañuelo usado. Quiero mirarte a los ojos mientras me declaro. Quiero que me mires a los ojos mientras intento hacerte entender hasta donde alcanzan mis sentimientos por ti. Espero poder hacerlo.
Ven a verme cuando lo desees.
Te estaré esperando el tiempo que haga falta.